Revalorizando los Kuel de Purén

Comienza la nueva temporada de Origen Americano en el territorio ancestral mapuche. El wallmapu, el willimapu, el puelmapu y el futawillimapu nos han convocado para mostrar algunos de sus sectores mágicos, rodeados de gente maravillosa, constructores de una historia de sabiduría, hazañas y luchas. 

Para comenzar esta temporada he decidido comenzar con la historia de un sitio majestuoso, Purén, cuna de grande toquis defensores de la Araucanía. En su viento se leen resabios heóricos, inmersos en un conocimiento secreto y ancestral, y ante la vista acongoja la amenaza invasora que succiona el newen inagotable de esta tierra mágica.



Revalorizando los Kuel de Purén

El panorama es desolador. Las empresas forestales han dejado la cordillera de Nahuelbuta como un extenso cementerio de bosque y de cultura ancestral. Un prado que se alarga hasta el horizonte parece un horroroso mar de eucaliptu cortado, y la majestuosidad de lo que un día fue la gran cordillera de Nahuelbuta, cuyos bosques y vertientes cobijaron a grandes toquis como Pelantaru, Anganamun y Kilapán, ahora no es ni la sombra de lo que fue.





El equipo de Origen Americano cruzó el sur para arribar a Purén, cuna de grandes toquis que defendieron durante 300 años las tierras mapuche. El hito fundacional de la resistencia fue el gran levantamiento de Curalaba en 1598, comenzando con la muerte del gobernador español de Chile, Martín García Oñez de Loyola. Pelantaru encabezó el ejército como gran Ñidol Toqui y destruyó las siete ciudades imperiales desde el Bío Bío hacia el sur.

Pelantaru a la entrada del museo de Purén.

Kultrún.

Hace unos escasos 30 años el antropólogo Tom Dillehay visitó Purén en búsqueda de unos asombrosos túmulos que los mapuche llaman Kuel, monumentos insólitos para el legado material de esta antiquísima cultura, que en Purén dejó la mayor cantidad de estos cerritos. La función era al parecer funeraria, ya que en lo profundo de sus cimientos albergan los cuerpos de grandes personas mapuche. Machi, Toqui, Ulmen, Loncos fueron enterrados para que en la cima del kuel, sus espíritus se contactaran con el espíritu tutelar de las alturas Coifilcuel.

Dos pichi kuel rodeando el valle de Purén

Nosotros llegamos directo al fuerte de Purén, cruzamos desde Valdivia, pasando por Temuco y metiéndonos por el camino a Traiguén. El fuerte lo edificó Cornelio Saavedra, general chileno encargado de la masacre de la Araucanía en 1860, conocido como la ocupación de la Araucanía, o el inicio del genocidio mapuche por parte del estado chileno. Saavedra se encargó especialmente de acabar con la naturaleza guerrera de los purenes, ya que el ejército siempre supo las grandes hazañas de un pueblo que derrotó a uno de los imperios más destructivos de occidente, el español colonialista del siglo XVI y XVII.


Tesoros del museo de Purén.

Tuvimos la suerte de conocer a Victor, guía turístico local del museo de Purén, quien nos recibió y nos dio enriquecedoras charlas sobre la historia de Purén, y su relevancia para la identidad de los chilenos y chilenas. En las vitrinas del museo, puedes apreciar variedad de rocas trabajadas, telares, maderas y viejos utensilios de guerra.




Al día siguiente nos acompañó a visitar los kuel (sin guía es realmente imposible que logres dar con ellos). Subimos a las faldas del cerro Huenucuye, donde pudimos ver los túmulos que debieran dar la identidad de Purén. Todo indica que en Purén se nutrió una elite cultural y guerrera mapuche, que obtenían su newen (fuerza) del conocimiento espiritual, enraizado a la tierra y sus misterios milenarios.

Nuevos miembros de origen americano explorando un gran kuel

La alta cultura de Puren tuvo que concentrarse para la guerra contra el imperio. Lo que prometía un gran desarrollo social tuvo que interrumpirse para proteger sus territorios. Quizás Pelantaru, pensó que algún día su pueblo podría sobreponerse, pero no contaba con la alzada del ejército chileno después de 300 años de sus hazañas, que iba a acabar con sus inéditos logros. La pésimamente llamada pacificación de la Araucanía, fue el inicio de la tragedia para el pueblo mapuche de este sector, que una vez usurpado su territorio y acabado con sus grandes líderes, instaló las bases para que a partir del 1980, en plena dictadura militar, fueran vendidas a precio de huevo,vastas llanuras de la cordillera de Nahuelbuta, a empresarios forestales que dieron el tiro de gracia, tumbando el bosque nativo, plantando pinos y eucaliptus.

Lawen del valle de Purén.

Purén es un tesoro histórico, o un museo de sitio como dice Víctor, un valle sagrado cuyo newen nutre a sus habitantes y llena de generosidad los corazones de sus visitantes. Por el bien del equilibrio ecológico y por el justo reconocimiento de un pueblo que lucha por sobreponerse a los embates civilizatorios, es necesario que se ponga en valor, para que este pueblo vuelva a ser protagonista de los procesos sociales, que tiempos atrás, cambiaron gracias a grandes líderes que hoy descansan bajo los Kuel de la cordillera de Nahuelbuta.

La colonización en Purén


Tres Kuel alineados

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