El Bosque Antiguo de Fray Jorge

El Bosque Antiguo de Fray Jorge

Fray Jorge es un sitio boscoso que se emplaza en la cordillera de la costa de la 4° región de Coquimbo. Se caracteriza por un microclima húmedo y de abundante flora, en un territorio seco y semidesértico. Debe su nombre a un inglés que encalló en ese bosque y taló gran parte de los árboles para construir una iglesia en la ciudad de La Serena, a cambio de recibir el cargo de fraile.

Entrando al parque

Son evidentes los vestigios de antigua ocupación de la zona de Fray Jorge. Las razones son muchas, múltiples huellas de caminos viejos, posiblemente de pastoreos o de la transhumancia característica de los habitantes que transitaban entre la cordillera y la costa. Las diversas agrupaciones de piedras que cobijaban campamentos, algunas señaladas con piedras tacitas o petroglifos. Por supuesto, las bondades del valle que, en las cercanías de los ríos, permitía una subsistencia generosa de alimentos.


Camino a la purificación

A pesar de ello, preocupa y sorprende la poca etnificación o raíz histórica ancestral que se encuentra en la zona. No quedan rastros de la continuidad de los pueblos antiguos, llámense changos, diaguitas, mapuche o incas. Los pueblos actuales conservan indudablemente la forma de vida rural, heredada de una ancestralidad indígena, pero sin identificación consciente (aparente) con lo indígena.




Habrá sido quizás la violenta represión religiosa que cristianizó a los pueblos en la época de colonización; probablemente el proyecto nacional del estado chileno del siglo XIX que eliminó el pasado indígena en pos de un país que ansiaba progresar a la usanza europea.

En lo profundo del bosque

Pueden ser muchas cosas, pero los vestigios están allí visibles. Si los antiguos habitantes, llámense indígenas, vanagloriaban los sitios que se caracterizaban por algún don especial, seguramente Fray Jorge fue un lugar sagrado. La abundancia del lawen (hierbas medicinales en mapudungun), como el canelo, la zarzaparrilla, el arrayan y muchos otros más, debió haber motivado que las machis y los curanderos de diversos pueblos fueran a buscar las medicinas a ese lugar. Un lugar que refresca por su abundancia de oxígeno, aún conserva sus cualidades purificantes del espíritu humano.



El sitio te traslada a lo más espeso de la selva sureña, como un portal dimensional hacia los territorios australes. La belleza del lugar hacen que este microclima te sacuda suavemente el calor propio de la región y te refresque, con aromas húmedos, la mirada agreste del incipiente desierto nortino.


Sutilezas del micromundo

Un canelo del pikunmapu



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