Pukará La Jarilla. Valle del Choapa.

Presento el primero de los escritos de la serie de la Región de Coquimbo: Pasado y Presente Intercultural: Diaguitas, Incas y Mapuche.


No fue fácil llegar allí. A pesar de las indicaciones de Teresa Olivares Taucán, fueron necesarias dos expediciones para encontrar el sector La Jarilla. Su localización es significativa: queda sobre la cascada que da origen a la famosa poza azul, un lugar sagrado del valle de Chalinga. No es casualidad que los antiguos diaguitas lo hayan construido allí; el agua, fuente eterna de vida, cobijó la vida de los ancestros.

Vista desde La Jarilla

El sitio contiene una abundante cantidad de petroglifos. Las piedras marcadas señalan un sitio de ocupación. Me llamó la atención cuando le consulté a dos vecinos sobre los petroglifos, ellos lo reconocen y lo indican fácilmente, pero no se identifican con él. Es un lugar de indios, dicen, separándose tajantemente de alguna continuidad histórica con ellos.

Sitio La Jarilla al fondo

Tacita de La Jarilla
El lugar es conocido como La Jarilla, uno de tantos sitios de petroglifos del sector de Chalinga. Cuando logré llegar, me dio una impresión diferente, quizás no era solamente uno más, ya que era notoriamente más complejo.

Petroglifo

Me llamó la atención la cantidad de espacios diferenciados, unos cercanos al río, donde se pueden encontrar algunas tacitas en las rocas. Después daba la impresión de tener un sector de vida pública, con una especie de plaza central o centro ceremonial. Al subir por el cerro hay tacitas de variadas dimensiones y da la impresión de estar visitando sectores habitacionales, debido a rocas que se encuentran alrededor de espacios vacíos. Al seguir subiendo por la ladera del cerro, se divisan algunos muros perimetrales que cumplían, quizás, la función de proteger el sitio. Después al divisar la loma superior se percibían ciertas huellas desde donde podrían haber llegado caravanas, pastores o grupos cazadores.

Petroglifo intervenido con inscripciones contemporáneas
¿Cruz del sur?

Posibles alusiones astronómicas
Esta subdivisión de compartimientos me hacen creer que La Jarilla fue más que un simple sitio, que pudo haber sido algún pukará en formación, algún tipo de asentamiento que estaba en proceso de crecimiento y que, quizás, por la invasión del imperio español, se vio interrumpido.

Posible sitio ceremonial o lugar de reuniones

Lamentablemente faltan estudios o alguna socialización de investigaciones realizadas sobre este sitio. Pero quizás lo más nefasto fue la represión cultural ocasionada en la región de Coquimbo respecto a las raíces diaguitas, Incas y Mapuche que se forjaron previo a la llegada de los españoles y de la posterior y aplastante instalación del estado nacional chileno del siglo XIX. Estos lugares quedaron en el imaginario del pasado, ya que, al parecer, son pocos los lugareños que se identifican con ellos.

Petroglifo principal del posible sitio ceremonial

Vista del petroglifo principal
Una de las fuentes que logré encontrar, corresponde al libro Diaguitas del Valle de Chalinga: Patrimonio, Cultura e Identidad (2014)[1] de la comunidad Indígena Diaguita Taucán, donde se señala lo siguiente respecto a un lugar central del sitio La Jarilla:

Las piedras que dan soporte a estas imágenes están dispuestas en un círculo, con un centro despejado. Su significación ritual es clara: un lugar de reunión y observación del cielo, cercano a una importante fuente de agua, como marcando su trascendencia para la comunidad. Es además un lugar conectado por un ramal del camino del Inca que va desde Quilmenco hasta la cordillera, usado hasta hoy por la transhumancia (p 60).
Nuestras intuiciones calzan con lo detectado por la comunidad Taucán, agregando dos datos de suma relevancia, primero la utilización del sitio como centro astronómico y segundo, su evidente conexión con el camino del Inca (Qapac Ñan).








Petroglifos que rodean al posible sitio ceremonial

La comunidad Taucán cumple un rol fundamental en la historia de Chalinga, ya que está fortalecida en torno a la identidad diaguita y al sentimiento místico que se siente en este valle. Gracias a las indicaciones de Teresa, su líder, logré llegar al pukará La Jarilla, un lugar difícil de acceder, pero que muestra sus secretos y virtudes a todo caminante que se aventura a viajar por las laderas ancestrales de los diaguitas.

Petroglifo que marca la subida al cerro

Como lo he planteado en otras ocasiones en este blog, el conocimiento sobre estos sitios se puede obtener desde las intuiciones que se obtienen al entrar en conexión con el lugar, además de complementar esta información con fuentes históricas, arqueológicas y sobre todo con las personas que vibran con el espíritu del pasado y que en eventuales diálogos expresan su conocimiento. Lo que es indudable es que hay muchos lugares y poca información, no obstante la memoria está allí, es cosa de escarbar en el pasado y observar las piedras, las huellas siguen presentes, lo aseguro.

Roca con forma de perfil y con una tacita



Posibles sitios habitacionales


Vista desde el cerro 



[1] Diaguitas del Valle de Chalinga: Patrimonio, Cultura e Identidad (2014). Comunidad Indígena Taucán. Fondo Editorial. Gobierno Regional de Coquimbo.

Comentarios

  1. Estimado Javier: Excelente visita y exploración. Felicitaciones. La interpretación que haces desde el lugar principal hasta la posibles habitaciones son muy orientadoras. No es raro que los locales no quieran indentificarse con lo petroglifos, dado la represión constante de nuestra cultura "occidental" sobre todo aquello que suene a indio. No obstante, hoy hay un buen grupo de indios Diaguitas que están planteando al Estado ser reconocidos como tales. Eso sin duda es muy comunitario. Saludos Germán Rozas Ossandón Psicólogo Comunitario.

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