Antiguas Relaciones entre los Primeros Americanos

Teoría de la Migración Americana

La creencia ordinaria es que en la América Antigua (normalmente llamada prehispánica), hubo varias culturas y civilizaciones, entre las que destacan los Incas en el sur, los Mayas y Aztecas en el norte. Generalmente se habla de ellas de manera aislada, y que los intercambios se realizaron entre los pueblos que se encontraban cercanos.

Se sabe que hubo algunas civilizaciones, que alcanzaron un grado de desarrollo mayor, como los nombrados anteriormente, los cuales dominaron vastos territorios y sometieron a varios pueblos menores.

Cóndor Inca en Machu Picchu.


Los Incas (1435 -1533 D.C. aprox.), crearon el mayor imperio conocido en la América Precolombina, denominado Tawantinsuyu, y dominó entre muchos pueblos, a los Nazcas, los Chachapollas y los Chimús. Su territorio fue tan extenso que acaparó lo que actualmente ocupan los países de Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y casi la mitad  de Chile y una pequeña parte sur de Colombia.

Los Aztecas o Mexicas (1300-1521 D.C.), fueron una de las más poderosas culturas mesoamericanas, quienes lograron someter a numerosos pueblos como los Otomíes, Chichimecas y Zapotecas. Realizaron dos impresionantes ciudades, llamadas la Gran Tenochtitlán (1325 DC), y su vecina Tlatelolco (1338 D.C), donde realizaron un impresionante mercado que reunía a casi todos los pueblos mesoamericanos, donde intercambiaban productos a través del trueque. Estas ciudades se ubicaron en la zona, que hoy ocupa la inmensa ciudad de México.

Los Mayas (200-900 D.C), ocuparon el territorio en que hoy están los países de Honduras, Salvador, Belice, Guatemala y México. Ellos se destacaron por ser grandes científicos, realizando asombrosos estudios y obras en astronomía, matemáticas y arquitectura, entre otros. Famosas y bellas, son sus ciudades de Chichen Itza, Tikal y Palenque, por nombrar sólo algunas.

Chac Mol, Dios Tolteca Maya.

Lamentablemente, estas tres culturas (principalmente los Inkas y Aztecas), fueron víctimas de la invasión española, quienes con su cegada visión cristiana, destruyeron, diezmaron y acabaron brutalmente con el avance y cultura de ellos, dejando en el desconocimiento absoluto sobre la manera genial que los antiguos americanos, tuvieron para desarrollar su conocimiento, estudios y producciones originales.

Emotiva es la manera en que lo dijo Fray Bernardino de Sahagun (1499 -1590), al referirse a los Mexicas:
“La Humanidad ignorará siempre lo que ha sido este pueblo. Nuestra civilización le ha asestado un golpe tan rudo que no se podrá levantar y puede ser que jamás se sepa qué gran cultura intelectual había alcanzado.”

Piedra del Sol. Calendario Azteca.

La versión oficial del pasado americano, es una visión pasiva, que implica que no hubo relación entre los pueblos del sur con los de norte, que su desarrollo fue aislado, y que no tiene valor estudiar los rasgos comunes entre ellos.

Ibarra Grasso, un entendido sobre el tema lo expresa de la siguiente manera:
“Que hubo sin lugar a dudas relaciones entre sí de las antiguas civilizaciones, pero ello está negado por las mayoría de las obras consideradas “serias” sobre el origen humano y el desarrollo de su cultura, las cuales, especialmente en referencia a lo último, nos presentan a las diversas y variadas civilizaciones de la antigüedad del mundo como siendo absolutamente independientes  y sin relación entre sí, y más que nada como siendo completamente aislado el desarrollo de las civilizaciones indígenas americanas.” (Ibarra Grasso. 1980. Pp. 12).


Silla Ceremonial Cultura Guangala. Ecuador

Sin embargo, existe mucha evidencia que nos hablan de pautas frecuentes que, curiosamente, compartieron casi todas las culturas de la América Antigua. Estas similitudes son  las siguientes;

1.       Adoración de animales de poder. El jaguar, el puma, la serpiente, el cocodrilo y aves como el águila y el cóndor son usualmente retratados en el arte de la América antigua.

2.       Creencia en seres antropozoomorfos. Hay mucha evidencia de estos personajes, como el hombre jaguar, el hombre pájaro, el hombre serpiente, representados en diversas esculturas halladas en todo el territorio americano. Las culturas mesoamericanas, creían que cada persona tenía un Nahual, que era su animal de poder, si la persona desarrollaba el conocimiento suficiente podía transformarse en el, dotándose de gran poder y respeto. Hay muchas esculturas que representan a un humano con un animal sobre su cabeza, esto lo podemos encontrar en San Agustín Colombia, la isla Ometepe de Nicaragua y esculturas mesoamericanas.
 Guerrero Águila de Mesoamérica.

3.       Cosmovisión común y  la existencia de tres mundos/dimensiones. El cielo, la tierra y el inframundo. El cielo es el mundo de la galaxia, representado por las aves, la tierra es el mundo humano, representado por los grandes felinos, y el inframundo es el territorio de la muerte, encarnado por los reptiles. Es común encontrar en varias culturas la existencia de 4 Eras pasadas y que actualmente se vive en la 5°.

4.       Creencia en la vida después de la muerte. Se evidencia en las tumbas encontradas, los muertos eran enterrados con ofrendas valiosas, que le servirían en su paso al otro mundo. En los casos de entierros de reyes o chamanes, se sepultaban también a sus sirvientes, mujeres y animales, los cuales eran sacrificados cuando moría el personaje principal.


Dios de los Sacrificios Mochica, Ayapuec. Perú.

5.       Uso de plantas de poder o medicinas. La Coca y la Ayahuasca en el sur; los hongos en el sur y norte, y cactus alucinógenos como el Huachuma o San Pedro en el sur y el peyote en el norte. Estas plantas de poder, eran utilizadas por los chamanes en sus ritos, para realizar curación de enfermedades, adivinaciones y otras ceremonias. Todas las culturas las consideraban medicinas integrales, que equilibraban las energías de la mente, el cuerpo y el espíritu.

6.       La práctica de deformaciones craneanas. Realizadas por la clase social dominante. Hay indicios de este tipo de cirugías en todo el territorio latinoamericano.  Se realizaban con la creencia que al modificar el cerebro, se conectaba a la persona con los dioses.

Artefacto de Oro, hallado en Colombia.

7.       La construcción sucesiva de templos. Los antiguos Mochicas en el Perú y todas las culturas de Mesoamérica, tuvieron una particular manera de construir sus templos. Los primeros gobernantes, realizaban una construcción que simbolizaba su poder. Acabado su período, los nuevos reyes, hacían un nuevo templo sobre el anterior, sin derribarlo, sino que conservándolo. De esta manera, se presenta una superación de la etapa anterior, la cual hizo posible que un nuevo apogeo surgiera.

8.       Representación de diferentes razas en el arte americano. Tanto los Mochicas en Perú, como los escultores de San Agustín en Colombia y los Olmecas en México, representaron en sus cerámicas y esculturas en piedra, personajes con rasgos orientales, negroides y arios. Esto es impactante, sabiendo que la usual creencia es que la antigua América fue habitada solamente por la raza indígena. Es importante destacar que Quetzalcoatl, el importante gobernador Mexica, es relatado como un personaje rubio y con barba.

Cabeza Colosal Olmeca. Obsérvese los rasgos Negroides.

9.       El sacrificio como una práctica usual de adoración a los dioses. Se han encontrado entierros, y pinturas y muchas evidencias de sangre que muestran que el sacrificio fue una práctica común entre los Inkas, Los Mochicas, y todos los pueblos mesoamericanos. Todo rito se sustenta en un mito, al menos los Mayas creían que los dioses, habían dado su vida para que el ser humano apareciera en la tierra, por esta razón ellos practicaban el sacrificio humano, para retribuir el favor de los dioses.

10.   Alto conocimiento astronómico, matemático y arquitectónico. Todos los grandes constructores de la América Antigua, realizaban sus obras en relación con la posición de las estrellas. El caso de los templos mesoamericanos, las pirámides truncas mochicas y los relojes solares Inkas, dan cuenta del avanzado y exacto nivel de sincronización de las construcciones con los movimientos del sol, la luna y las estrellas. Los científicos actuales no dejan de sorprenderse frente a la exactitud del calendario Maya, que comenzó el 3113 AC y finalizará el 2012 DC.

11.   Presencia de símbolos comunes. Las 4 direcciones, los 3 mundos/dimensiones, el uso de mandalas o dibujos circulares simbólicos, la presencia de espirales, son comunes a todo el territorio Americano.
Estatua de San Agustín. Colombia.

Todas estas pautas comunes ameritan la realización de diversas preguntas, que podrían abrir un desarrollo teórico posterior. ¿Por qué había tantas semejanzas entre las culturas?, estas semejanzas trascienden los períodos de tiempo y distancias territoriales. ¿Qué nos sugieren estas similitudes?, ¿son simples coincidencias o hubo influencias?; ¿podrían haber habido migraciones entre diferentes culturas, aparentemente desconectadas?.

Hay dos teorías que responden a estas preguntas. Una visión, la más oficial, plantea un escepticismo frente a las influencias recíprocas, dado el argumento que es natural que el hombre reaccione de manera similar frente a estímulos comunes. La otra versión, es la que postula que efectivamente hubo influencias e intercambios, y que estas relaciones venían incluso de otros continentes, principalmente de la India, quienes a través de las Sociedades Secretas de Varones, influyeron en la dominación del hombre sobre la mujer.
Guerreros Antropozoomorfos. Isla Ometepe. Nicaragua.

La primera teoría, se podría refutar debido a su fuerte contenido ideológico, que implica la visión salvaje del pasado cultural americano. Esta visión oficial, tiende a ensombrecer los avances de los antepasados, haciéndolos ver como pueblos irracionales que peleaban por el territorio y que no tenían gran conocimiento ni sabiduría. Lamentablemente esta versión es la que domina en las escuelas y programas televisivos, aportando a las grandes mentiras que se siguen contando en los medios de comunicación y educación.

La teoría que se postula, es la de la Migración Americana, que sigue el segundo hilo argumentativo,  se construye en base a la evidencia de las relaciones recíprocas entre las culturas antiguas.

Un hecho importante de recordar, que es que ciertas culturas se esfumaron sin dejar rastro, como el caso de los Mochicas en Perú, los Olmecas en México y los Mayas en Mesoamérica. Cuando leemos sobre ellos, los estudios dicen que simplemente no se saben las razones exactas, por las cuales desaparecieron y no hay evidencias de sus cuerpos ni de donde se fueron. De esto, se podría plantear que quizás muchos de estos sabios gobernantes podrían haber migrado a otro territorio y haber influido en el desarrollo de otras culturas.

Chamanes. Costa Pacífica del Ecuador.

Hay sitios de especial interés arqueológico, como San Agustín en Colombia y la Isla Ometepe en Nicaragua, ya que se encuentran esculturas y cerámicas que, al parecer, podrían haber sido puntos de conexión entre  las culturas del sur con las del norte.

Si bien es difícil comprobar las influencias exactas y las migraciones precisas que ocurrieron en la antigua América, la teoría de la Migración Americana, hace cambiar la visión del pasado de nuestros ancestros. De acuerdo con esta visión, nuestros ancestros fueron parte de culturas activas, que se relacionaron dinámicamente con sus vecinos, realizando no sólo intercambios económicos, sino que realizaron profundas reciprocidades culturales y espirituales, donde los chamanes compartían sus medicinas y sus usos; los reyes tenían conocimiento sobre otras formas de gobernar; los artistas comunicaban técnicas de cerámica y labrados en piedra, dejándose influir y enseñando sus avances. De esta manera, podemos suponer que hubo una conciencia colectiva de la América antigua, que forjó una identidad en común, ya que tenían conocimiento de la ocupación del mismo territorio, el cual era compartido por diferentes pueblos.  


Templo de la Luna, Teotihuacan, México.

Si bien los pueblos fueron belicosos, teniendo problemas de territorio, dominación y alianzas diversas, esto no deja de opacar el sentimiento de unidad ancestral que está presente en las tierras de Latinoamérica. Desde el presente, podríamos decir que los pueblos antiguos conformaron una unidad que tuvo diversos matices, formas y detalles, pero que en esencia, compartían las mismas creencias espirituales, lo expresaban a través del mismo arte, estudiaban las mismas ciencias, y gobernaban con un fin similar; equilibrar las energías entre las diversas dimensiones, que componían la naturaleza humana en su relación con el entorno, el universo y la muerte.
Figura Mesoamericana prehispánica. Nótese los rasgos de raza blanca.

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