Guayasamín, el Ecuatoriano que Pintó la Historia

Cuando Oswaldo se graduó de la Escuela de Bellas Artes de Quito en 1942, realizó una exposición con sus primeras obras. En ese tiempo un famoso millonario de apellido Rockefeller estaba de viaje por Ecuador, su vuelo se había retrasado por asuntos típicos de los aeropuertos, y decidió aprovechar su tiempo en su pasatiempo favorito; apreciar obras de arte. En un semáforo en rojo, un promotor incógnito le arrojó por la ventana de su carro, un volante que anunciaba la presentación del aún desconocido Guayasamín.
Así fue como Rockefeller ingresó a la galería donde Oswaldo exponía sus flamantes pinturas. El gringo quedó estupefacto frente al talento del joven pintor y se quedó varias horas apreciando, analizando y comprando algunas de sus obras.



Cuando estrechó la mano del talentoso pintor, se deleitó ante sus facciones indígenas, que le hicieron derribar muchos, pero no todos sus prejuicios sobre la raza indígena, originaria del continente americano.
Un poco de orgullo mesclado con una avergonzada admiración, le hicieron balbucear sus primeras palabras que salieron en un típico español hablado por un norteamericano: My nombre es Nelson Rockefeller, gustar que fueras a los States a mostrar tus cuadros.

Oswaldo con un mirada perpleja no podía creer que se le estaba presentando la gran oportunidad de su vida a sus jóvenes 24 años, y mucho menos en su primera exposición;  -Disculpe caballero, no le entendí bien…

-Yo pagar todos tus gastos, pero por favor anda a los States, encontrar buenos artistas allá.



Así fue como Oswaldo Guayasamín tomó el avión que lo llevó a los Estados Unidos y pudo mostrar su arte en la capital del mundo global. Una vez allí, triunfó como era de esperar y rechazó el ticket de vuelta. Le dijo a Rockefeller que estaba muy agradecido, pero que iba a volver a Ecuador por tierra, conociendo la realidad americana que tanto amaba.



Con el dinero ganado en las exposiciones en EEUU, viajó durante un año y medio por el continente americano. En 1944 marchó desde México, pasando por Brazil, Uruguay, Bolivia, Perú, Argentina y la Patagonia chilena.



Se fue pintando y haciendo grandes contactos artísticos (entre ellos Pablo Neruda), conociendo la cruda realidad histórica de los pueblos marginados indígenas, tan olvidados por los noticieros y los textos escolares oficiales.

Guayasamín retrató en su extensa obra, la eterna lucha del poder, recordando el dolor de los vencidos, denunciando los atropellos a los pueblos indígenas, a las víctimas de genocidios, sintiendo el dolor de una cruda época, donde pintó el holocausto germano y los compañeros vencidos por las dictaduras en América Latina.



En Quito su ciudad natal, creó la Famosa Capilla del Hombre, inspirada en los templos religiosos creados para adorar a Dios, pero esta vez el quiso adorar al ser humano, eje de todas las decisiones, masacres y evoluciones de la historia. El ser humano, aquel que lo obsesionó a retratar en sus miles de facetas, en sus infinitos gestos, aquel que puede ser un ángel y un demonio, que puede ponerse todo tipo de máscaras, pero que en el fondo es el mismo en todas partes, aquel que daña y es herido, que ama y es odiado, que protege y es vulnerado, aquel que es y seguirá siendo por siempre humano.


Escultura de Oswaldo mirando a su tercera esposa retrada.

En 1999, el día que Oswaldo murió, encontraron una tumba indígena en el terreno de la capilla del hombre, como si sus ancestros lo hubieran estado esperando. En ese mismo lugar, en las raíces del árbol de la vida, arrojaron sus cenizas.

En la capilla siempre hay una luz encendida por petición del pintor, ya que antes de morir dijo, Siempre voy a volver, mantengan encendida una luz.

Comentarios

  1. Es algo maravilloso me gusta mucho...Hay que seguir sus pasos.

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  2. Es una obra admirable !
    Mis respetos señor Oswaldo y donde quiera que estes ilumina mis sentidos para tener al menos la gracia de saber apreciar, la sensibilidad del ser humano....

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  3. fue uno de lo grandes de América, que la Historia no olviadara

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  4. fue uno de lo grandes de América, que la Historia no olviadara

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