Museo de Arte Precolombino de Cusco

La primera tarde que estuvimos en Cusco, visitamos el MAP, Museo de Arte Precolombino. En este lugar se monta una exposición de muchos artefactos que los pueblos Pre Incas e Incas, utilizaban en su vida cotidiana. Se pueden apreciar un montón de cántaros, báculos, platos, vasos, joyas y esculturas elaboradas en múltiples materiales como madera, metales (oro, plata, cobre y bronce), cerámicas y gredas.

Es increíble detenerse a contemplar los objetos antiguos de nuestros antepasados, observar el deterioro que han tenido con el paso del tiempo, y darse cuenta que a través de sus creaciones nos comunicamos con ellos.

El museo tiene una mirada artística de las creaciones, punto de vista que logra dar ciertas luces sobre el desarrollo del arte actual (por ejemplo, se revela que Picasso al elaborar el cubismo se basó en lo que el mismo llamó cubismo primitivo peruano), pero tiene algunas falencias, como la superficialidad del contexto histórico y lo vago que se detallan las representaciones simbólicas de los pueblos aborígenes. Esto se debe a que el museo carece de una mirada antropológica.

Sin embargo, hay ciertas frases que destaco y expongo a continuación:

“Con la presencia española, el oro trastocó su valor y perdió su sentido simbólico, su asociación con divinidades, dignatarios y elite, para adquirir un valor de cambio y convertirse en el deseado metal asociado a riqueza y estatus”.

Otra:

“En el desarrollo de los pueblos antiguos, ha sido una constante el comprobar cómo en las épocas de auge político, social y económico, el arte y el desarrollo espiritual de los individuos era una prioridad, una práctica común, una forma de ser”.
 
Los pueblos pre colombinos, fueron culturas majestuosas en su desarrollo artístico y espiritual, estaban conectados profundamente con la naturaleza, hecho que se expresaba en sus producciones, adoraban a los animales y rendían culto a las montañas, ríos y vegetaciones.

Lamentablemente, esta forma de vivir fue interrumpida grotescamente con la llegada de los españoles, los cuales impusieron su punto de vista político, económico, social y religioso, castrando, censurado y opacando la sensibilidad de los aborígenes. Sin embargo, los pueblos mantuvieron sus creencias, algunas se unieron en sincretismos con las creencias cristianas, pero otras se mantuvieron ocultas durante siglos, transmitiéndose de manera oral y secreta a través de ciertos linajes.

El hecho de la imposición radical de la realidad, es una situación que se ha venido repitiendo a lo largo de la historia de los pueblos latinoamericanos. Las sucesivas dictaduras en América Latina son la continuación de la imposición moderna de formas de vivir, ajenas a la realidad original.

Por ejemplo en Chile, la dictadura militar selló su lema en la famosa frase: Por la Razón o la Fuerza, es decir, la realidad se impondrá de cualquier manera. Si no entienden, tendrán que aceptarlo a la fuerza, pagando con la muerte el precio de pensar distinto.

Comprendiendo este hecho sociopolítico, podemos conocernos más a nosotros mismos, en nuestro contexto mestizo. Vivimos en una dualidad psicológica, sometidos cotidianamente a las presiones del desarrollo económico, pero internamente estamos ansiosos de liberarnos y conectarnos con la naturaleza y la belleza de las cosas.

Por otra parte, para los pueblos americanos, el desarrollo artístico y espiritual era una prioridad cuando se encontraban en momentos de auge económico, social y político. Cuando las necesidades básicas se encontraban cubiertas, comenzaba el desarrollo de la sensibilidad espiritual y creativa.

Lamentablemente, en nuestra sociedad hay pocos espacios de elaboraciones más elevadas en términos emocionales e intelectuales, sobre lo que somos, sobre nuestras raíces, sobre lo que aspiramos, lo que podemos potenciar, y también a quienes queremos ayudar. Esto nos habla del estado en el que cómo sociedad estamos, y es una obligación moral el darnos cuenta de este hecho y querer hacer algo al respecto, por el bien nuestro y el bien de la humanidad.